" El Empoderamiento de las mujeres a través de la
historia y nuestro cuerpo".
Dª Encarnita Quesada nuestra técnica del CIM de la Mancomunidad de Municipios Río Monachil a través de la Federación de Asociaciones de Mujeres de dicha mancomunidad llamada " Foro Ágora " nos preparó un taller muy singular y atractivo para el empoderamiento personal de las componentes que acudieron a dicha cita en el salón de la asociación Poder Alternativo en La Zubia.
La Historiadora Nieves, mujer joven, ilustrada y feminista nos hizo pasar una enriquecedora tarde con su asombrosa manera de comunicar su exposición, sentándonos en círculo a todas, pues esta singular manera tiene su explicación, cuando un círculo de mujeres se congrega alrededor de un centro adopta la forma de una rueda invisible o mandala. Un círculo de mujeres es un espacio de cultivo de lo femenino. Un ámbito neutral y seguro donde las mujeres se re-unen para compartir nuestra esencia, redéscubriéndola y actualizándola. No nos sentamos al modo jerárquico en que alguien habla al frente y el resto mira sólo en esa dirección sin poder ver el rostro de todos los participantes ni escuchar sus palabras. Nos sentamos en círculo para recordar que todas tenemos derecho a ser vistas y escuchadas. Para recordar quienes somos y aprender entre mujeres acerca de lo femenino. Existe un centro invisible que actúa como fuente de energía, de compasión y de sabiduría. El sentimiento de conexión con el centro es puramente intuitivo y subjetivo. Es un embrión que hace visible el poder de las madres, de las hijas, de las hermanas, de las esposas, de las abuelas, de las amantes, de las amigas. Un lugar donde aprender a confiar en nosotras mismas y en nuestra manera de entender el mundo.Un manantial donde abrevar para recobrar fuerza y aliento.
Un espacio donde encontrar verdadero apoyo para llevar adelante ideas y proyectos.
Nos comentó que hace mucho tiempo en las aldeas primitivas menstruaban todas en la misma fecha, juntas. Sabían que esos días eran especiales pues se encontraban más intuitivas, más creativas, más sabias. Sangraban al mismo tiempo y no sólo estaban en sintonía sus cuerpos, sino que su energía femenina también se acompañaba, se alimentaba, se sostenía, fluía entre ellas y al ritmo de la naturaleza, circulaba...
La idea fue genial !!!
y posteriormente haciendo un recorrido por el papel que ha desempeñado la mujer a lo largo de las historia para que comprendiéramos en la situación que estamos actualmente, que vivimos y padecemos por el sólo hecho de ser mujeres, quedando claro que ha sido una gestión de tipo cultural la discriminación que arrastramos durante milenios por cuestiones de sexo y por la desigualdad legal están estrechamente muy unidas ¿por qué ? Pues los hombres tomaron el poder y se erigieron en el modelo de lo humano. Desde entonces la diferencia sexual ha significado desigualdad legal en prejuicio de las mujeres. Somos consideradas inferiores a los hombres.
Lo femenino y lo masculino se conforman a partir de una relación mutua, cultural e histórica.
Lo femenino o lo masculino no se refiere al sexo de los individuos, sino a las conductas consideradas femeninas o masculinas.
Nos señaló con un metro extendido entre las manos que era el recorrido de la historia y nos señaló después un trozo como de diez cm. que es lo que representa los 5000 primeros años, pocos con respecto al resto cortado como otros diez cm. que se supone la historia reciente, que suponían 20-40000 años dónde las mujeres eran sagradas, era una sociedad donde se veneraba el cuerpo de la mujer, era un pueblo pacífico en igualdad.
Desde la prehistoria, las mujeres, como los varones, han asumido un papel cultural particular. En sociedades de caza y recolección, las mujeres casi siempre eran las que recogían los productos vegetales, mientras que los varones suministraban la carne mediante la caza. A causa de su conocimiento profundo de la flora, la mayor parte de los antropólogos creen que fueron las mujeres quienes condujeron las sociedades antiguas hacia el Neolítico y se convirtieron en las primeras agricultoras.
Nuestras primeras antepasadas aprendieron a preparar barro y hornear cerámica; trabajaron los esmaltes y mezclaron cosméticos origen de la ciencia química. Al encargarse de la agricultura y la recolección, también descubrieron las propiedades medicinales de las plantas y aprendieron a secar, almacenar y mezclar las sustancias vegetales.
Estaban conectadas con la espiritualidad, luego se las asociaba al búfalo.
Las primeras representaciones humanas las podemos encontrar en el Paleolítico Superior. Las representaciones femeninas, con un canon muy preciso: cuerpo obeso, grandes mamas, barriga enorme y nalgas prominentes. Podemos citar, en primer lugar, la llamada Venus de Lespuge (hacia 27.000-16. 000 a. C.), la Venus de Willendorf (hacia el 24.000-22.000 a. C.) y la Venus de Laussel, conocida también como la Venus del Cuerno y la Venus de Grimaldi entre otras (22.000 a. C.)…
Manos de mujeres
En las civilizaciones Sumerias, En Babilonia y en el antiguo Egipto las mujeres tuvieron gran libertad de movimientos. Podían ejercer multitud de oficios, andar libremente por las calles, comprar y vender, recibir herencias y tener acceso a la educación, aunque las campesinas desarrollaban un trabajo extremadamente duro. En Mesopotamia las mujeres no estaban sometidas a los hombres, sino que gozaban de un cierto estatus de igualdad. En el famoso Código de leyes de Hammurabi las mujeres disfrutaban de importantes derechos, como poder comprar y vender, tener representación jurídica o testificar libremente. Muchas mujeres actuaron como escribas en el palacio del rey y las reinas eran respetadas como tales llegando incluso a ejercer la regencia de sus hijos menores de edad, formaban los documentos y vivían en un palacio con esclavos y siervos. Podían asimismo ejercer diversos empleos y participar en la vida pública de las ciudades.
La posición de la mujer en la antigua Grecia no fue muy positiva. Para el filósofo Aristóteles, que ejerció gran influencia en la Europa medieval, la mujer no era más que un hombre incompleto y débil, un defecto de la naturaleza. La mujer fue considerada como un ser sin terminar al que había que cuidar, proteger y guiar, lo que implicaba su sometimiento total al varón y su alejamiento de la vida pública, en la que no podía participar. Las muchachas se casaban a los 14 años con hombres mucho mayores que ellas. Era el padre quien le encontraba marido y discutía la dote. Ella pasaba a ser propiedad del marido como antes lo había sido de su padre y en caso de enviudar de su hijo. La educación de las mujeres estaba orientada a su función como esposa. Las niñas aprendían a hilar y tejer, música y a tocar la lira. Su educación terminaba con el matrimonio. Una vez casada, el marido recluía a su esposa en una parte de la casa apartada del exterior o la vida social que él llevaba. Allí vivía con sus hijos y sirvientas tejiendo sus propios vestidos y preparando los alimentos para el esposo. Nunca salía de la casa, pues al mercado iban las esclavas. Las ciudadanas de Atenas se dedicaban exclusivamente a la casa y al cuidado de los hijos. Por su parte, las mujeres más libres eran las prostitutas, que no estaban sometidas al régimen riguroso de las demás mujeres. La división de la sociedad griega era muy clara: el mundo de la política y la libertad estaba reservado a los hombres y el de la casa a las mujeres. En algunas ciudades como Esparta, dado su carácter guerrero y la ausencia prolongada de los hombres, las mujeres gozaron de mayor libertad: estudiaban música, hacían gimnasia, competían como atletas e incluso algunos casos de adulterio les estaban permitidos. El mundo intelectual estaba casi vedado a la población femenina, pero aun así algunas mujeres destacaron en poesía.
Cuando la niña tenía alrededor de los 13-15 años, los padres concertaban un matrimonio, eligiendo al pretendiente más adecuado. La chica iba con una dote, destinada a protegerla en caso de que el matrimonio fracasara por cualquier motivo, y el novio debía a su vez comprar hacer regalos a la familia. Tras la boda, tocaba estar encerrada en la zona de la casa para mujeres o gineceo y criar hijos, y por supuesto llevar la casa. Cuanto más alta la clase social de los esposos, más rígido era este régimen.
Las mujeres romanas disfrutaban de mayor libertad que las griegas, pero la participación política y ciudadana les seguía estando vetada. Su condición social seguía siendo la de un ser inferior al que había que tutelar, dirigir y utilizar. No tenían nombre propio, pues adoptaban el del padre en femenino, y las niñas no deseadas eran abandonadas al nacer y condenadas a la esclavitud si conseguían sobrevivir. Hasta los 12 años, cuando contraían matrimonio, asistían a la escuela pública las hijas del pueblo, mientras que las de la clase patricia tenían sus preceptores en casa. La enseñanza que se les facilitaba estaba encaminada a hacer de ellas buenas esposas: aprendían canto, matemáticas, recitado de poemas y costura. En el campo trabajaban igual que los hombres en las labores agrícolas y en la ciudad podían ser incluso comerciantes y llevar sus propios negocios, aunque bajo la tutela de los hombres. Mientras que a las griegas les estaba prohibida la vida social, las romanas andaban libres por las calles, aunque acompañadas, acudían a los banquetes junto con los hombres, iban al mercado, participaban en juegos y asistían a los espectáculos, pero debían llevar siempre la cabeza cubierta como señal de recato. En una sociedad de economía esclavista como la romana las esclavas no tenían valor alguno. Podían ser compradas, vendidas, maltratadas o dedicadas a la prostitución.
Una vez casadas, podían incluso salir a la calle sin necesidad de ser acompañadas por un hombre, acudir acompañadas al teatro o algún banquete y ocasionalmente visitar a las amigas. En el plano sentimental, los romanos compartían la distinción griega entre el afecto por la esposa por una parte y las bajas pasiones por otro. El matrimonio tenía como objetivo perpetuar el linaje, y en las clases altas, forjar alianzas políticas y sociales. En ese aspecto, el amar a la esposa era algo que estaba fuera de lugar, pocos se lo tomaban en serio. Las mujeres, para merecer el título de “madres de familia”, debían estar en condiciones de dar a su marido hijos legítimos. El matrimonio era tan importante en la sociedad romana que Augusto impuso sanciones para aquellos que no lo realizasen. La media de vida era de unos 30 años, así que el matrimonio se celebraba a partir de los 12 en las chicas. La anticoncepción y el aborto eran frecuentemente utilizados por las mujeres. Como en Grecia, las romanas estaban excluidas de la vida política: no podían votar ni acceder a las magistraturas. En varias ocasiones las mujeres tomaron las calles de Roma para defender sus derechos manifestándose violentamente contra algunas leyes que limitaban el uso de determinados vestidos o la posesión de oro y joyas.
Desde este tipo de civilizaciones empezó el patriarcado, por miedo del hombre, ellas eran conocidas como sagradas, haciendo leyes para controlar a la mujer y por tanto se inventó el matrimonio, el ajuar, la dote.....pero ellas han ido contracorriente cuando posteriormente se crean los conventos dirigidos por mujeres.
En la Edad Media, si bien la mujer se encontraba en una situación jurídica muy adversa, ya que estaba subordinada al hombre, su papel, en este tiempo, es más activo que en periodos posteriores. De hecho, en algunos países la mujer podía tener tierras, contratar trabajadores, demandar y ser demandada, hacer testamento y le correspondía otra tarea de gran responsabilidad: la representación del marido ausente. Los conventos cumplieron una función de gran utilidad durante la edad media ya que eran refugio de las hijas que no contraían matrimonio, único camino para otras de acceder a la cultura y solución para las mujeres que no encontraban salida a una mala situación económica.
Luego vino la caza de brujas. En algunos lugares de Europa no dejaron ni niñas. todas a la hoguera. "Fue el mayor genocidio de la historia contra la mujer".
Ya en el S.XX, en general, hasta la víspera de la Segunda Guerra Mundial (y hasta 1965 en Francia y años más tarde en España) la mujer debe solicitar el permiso del marido para ejercer una profesión. La esposa no puede presentarse a un examen, matricularse en una universidad, abrir una cuenta bancaria, solicitar un pasaporte o un permiso de conducir. Tampoco puede actuar ante la justicia. Para iniciar una acción procesal ha de solicitar una autorización especial, excepto en el caso de que ejerza un comercio separado y autorizado.
¿La discriminación femenina ha sido una constante en todas las civilizaciones?
Las sociedades que giran en torno a la naturaleza y viven en contacto directo con ella actúan de manera más igualitaria. Y no hace falta remontarse en el tiempo para comprobarlo. Las comunidades amazónicas que subsisten aún, inmersas en la naturaleza, atestiguan estas pautas de comportamiento.
Tenemos otro ejemplo en la historia, el pueblo celta, en el que antes y en los comienzos de la era cristiana, la mujer no conoció de feminismo, ni machismo, ni matriarcado/patriarcado, y por supuesto, menos de tener la necesidad de luchar por sus derechos, sus espacios.
Comenzaron a habitar en el centro y el norte de Europa 2.000 años antes de Cristo. Extendiéndose entre el 1.500 y el 900 a.C. por las Islas Británicas, norte de Francia, y llegando al norte de España en el 800 a.C. Desde el nacimiento ambos sexos eran criados juntos, recibiendo la misma educación, así como el aprendizaje de oficios. Tenían el derecho a elegir a su pareja y nadie podía imponerle un casamiento. Las leyes celtas incluían renovación del contrato matrimonial, al año de haberse casado, igualmente existía el “divorcio” con repartición de bienes equitativos. Manteniendo cada uno sus bienes propios y repartiendo los que hubiesen incrementado durante el matrimonio.
Un ejemplo más cercano lo tenemos en España: los astures, quienes se asentaron aproximadamente en el siglo VI a.C. en el noroeste de la Península Ibérica y siguieron ese patrón social de igualdad entre géneros.
De igual forma en medio de una época medieval en la que la mujer europea no era tenida en cuenta e incluso se la llegaba a considerar como inferior, los vikingos fueron la excepción a la regla. Ellos tenían mujeres líderes, gobernantes, guerreras. Tenían un estado igualitario en la cultura vikinga, tanto legal como social. La mujer vikinga era la jefa en el interior de la casa y a menudo se hacía cargo de la marcha de la granja cuando su marido y sus hijos estaban ausentes por motivos guerreros o comerciales. Se casaban entre los 12 y los 16 años, normalmente por matrimonios acordados, aunque se conocen historias de amores turbulentos consumados al margen de los acuerdos familiares. Si quería divorciarse en caso de que el marido fuera perezoso, insultase a la familia o la maltratara, lo único que tenía que hacer ella era llamar a algunos testigos, y anunciar que se divorciaba. Las mujeres vikingas tenían un estatus que ninguna otra mujer de la época tenía, y que sólo lograron en períodos más recientes. Curiosamente y siglos después hoy en día las mujeres escandinavas siguen siendo el mejor ejemplo de equidad conocido entre hombre y mujer.
La Técnica o Monitora Vanesa nos hizo conectar con nuestras ancestras, las llevamos dentro, todas las mujeres lo tenemos en los adentros en nuestros genes, en nuestras células. Y como ellas estamos conectadas con la espiritualidad y retomamos para ser conscientes de esos referentes.
Busca a través de nuestra conexión, el empoderamiento y sanación interna, el despertar de todas nuestras “hermanas de tribu” para la gracia de todas las mujeres y hombres, de todos los seres visibles e invisibles de nuestro planeta, y así contribuir con nuestros dones a equilibrar y armonizar nuestra Madre Tierra tan herida y contaminada en estos tiempos.
Mediante la música y el baile, llamado también biodanza. En esta ocasión fue en una sala cerrada, en otra ocasión la haremos en contacto con la madre tierra. La música que nos ofreció fue maravillosa, sensual, placentera, vibrante y conmovedora.
Tras danzar al compás de las melodías e indicaciones que nos hacía para concebir y ser más reflexivas mirando nuestras partes del cuerpo (brazos, manos, cabeza, piernas,caderas...) sabiendo que así nos fortalecemos y nos posicionamos en el mundo cada una de las presentes, porque todas no asistieron a esta segunda parte, andando por donde se quisiera sin seguir el paso de la otra compañera de delante. Tras beber sorbitos de agua, se formó un circulo entrelazado con el total del grupo, técnicas incluidas y con los ojos cerrados y al compás de una estremecedora melodía se danzó al unísono dando vueltas al círculo sin perder el compás, fue tal exaltación de felicidad, belleza, complicidad y armonía que sin querer las lagrimas brotaban de mis ojos sin poder controlarlas, y sin querer interrumpir la magia que se produjo en mi interior porque sentía esa fuerza divina, protectora, comprensiva, sana, conectada al fuego interior del circulo.
Al finalizar se cierra el círculo agradeciendo lo recibido con un ademán de respeto y dedicándoselo yo particularmente a cada una de ellas también con un abrazo.
Una canción nos lleva de la mano y nos trenza el alma desde lo más sagrado.
¡¡¡ La fuerza de la mujer , la fuerza de dar vida !!!
¡¡¡ Creando y Tejiendo Redes Femeninas !!!
Nota :
Solamente decir que me cautivó esta manera de presentar y trabajar este tipo de taller para la reminiscencia del poder que la mujer tiene y la fuerza que podemos generar a nuestro alrededor de Paz, Solidaridad y Justicia Social.
Gracias a nuestra Técnica de Igualdad del CIM Dª Encarnación Quesada.
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